Una limitante para el Desarrollo Humano?
El machismo es
un prejuicio sexual, que se expresa por lo regular, de manera inconsciente en
la mayoría de las sociedades humanas. Este sistema de creencias clasifica por grados de superioridad e
inferioridad a los seres humanos según el grado en que actúan; esta
clasificación se hace de acuerdo a las expectativas supuestamente “esenciales”,
“naturales” o “biológicas” de lo que representa ser un “verdadero hombre” o una
“verdadera mujer”.
Las personas son
vistas y juzgadas en base a las características del grupo sexual al que pertenecen,
sin tener en cuenta las diferencias que puedan darse entre ellos y dentro de
ellos.
También se le
llama androcentrismo (el varón como
centro), y se manifiesta con una actitud de desprecio y discriminación hacia la
mujer. Ideológicamente sostiene que el varón es superior y la mujer debe estar
sometida al mundo masculino. No hay base sostenible para dicha idea; por lo
tanto, se trata de una construcción sociocultural.
En los grupos
sociales que han luchado por la discriminación contra la mujer, el machismo se
expresa en actitudes más sutiles, como pagar mejores salarios a los varones por
desempeñar funciones similares o iguales a las de las mujeres, o conceder a los
hombres los mejores accesos a puestos de responsabilidad gerencial, política o
religiosa. También se observa en mensajes publicitarios que de un modo u otro
denigran a la mujer o la relegan a funciones como el hogar y la familia
Desde una edad
temprana, los varones son llevados a estar conscientes de su conducta que puede
hacer que otros sospechen que ellos no son “hombres verdaderos”. Esta
conciencia puede hacerse casi de una forma paranoica hacia los adolescentes varones
que no cumplen las normas. Esa conciencia es producto de un proceso orientado
hacia la construcción de un varón dominante. Los padres temen fuertemente que
sus hijos varones eventualmente pudieran exhibir características consideradas
femeninas e indeseables para su propia imagen social. Por ello, la madre tiende
a conducirse como la guardiana de la sexualidad del hijo, probablemente para
evitar cualquier posible cuestionamiento de la misma masculinidad del padre.
Profr. José
del Río Gueta
No hay comentarios:
Publicar un comentario