Amistades
que perduran.
Lo
conocí cuando estudiaba
la Normal, era
un muchacho de
aspecto tímido, recuerdo
que la mayoría de los compañeros
eran crueles con
él, le
llamaban el
“ silencioso”.
Un día el
maestro de biología nos
dejó una tarea un
poco complicada., yo formaba parte
de un equipo
que estaba integrado
por puros amigos que eran “ desmadrosos” por consiguiente
un poco irresponsables, de tal
forma que avanzábamos
muy lento en la
tarea encomendada.
En un
día cualquiera, por casualidad
nos encontramos por la calle
mi amigo
el “silencioso” y Yo.,
al preguntarle por
el avance de la
tarea, él me
contesta, ¡ya casi la
terminamos! ¿ quieres ir a ver
el avance que
llevamos? Le acepté la
invitación y vaya
sorpresa, la tarea
ya casi estaba terminada. El
equipo de mi
amigo estaba integrado
por puras mujeres
y al ver
su empeño y
dedicación les pregunte
si me aceptaban en
el equipo. Me aceptaron en
el equipo y a
partir de ahí
mis calificaciones mejoraron
en mucho, ya que siempre
mi amigo y
yo realizábamos las tareas en
equipo.
A partir
de ese momento,
se cultivo una
amistad que ha perdurado hasta
el momento. Debo confesar que
hubo momentos de mucho
apego de mi parte,
en muchas ocasiones puse en
riesgo ese cariño,
ya que confundía ese
sentimiento y pasaba a ser controlador
y hasta un poco
manipulador pero poco a
poco comprendí que en una
verdadera amistad debe de existir
comprensión y sobre
todo una buena
comunicación. Hemos vivido
alegrías, tristezas, hemos
compartido experiencias
buenas y e
malas, pero nuestra amistad ha
tenido un crecimiento
que ha superado esos
momentos de crisis y nos
une por siempre.
Agradezco
a Dios el
haber encontrado a esa
persona tan maravillosa
de la cual
he aprendido mucho,
lo considero un
gran amigo y
un gran maestro, ahora entiendo
el para que
apareció en mi
vida. ¡¡ gracias
por existir amigo
¡!!!!
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