jueves, 18 de septiembre de 2014

La homofobia.

La homofobia.
Hablar de homofobia es mucho más fácil identificar a hombres que la padecen que ha mujeres. Es decir, si se pregunta a la gente ¿qué es la homofobia?

Se encontrará que son muchos los hombres que sienten repudio al ver a dos hombres besándose, cogidos de la mano o siquiera el hecho de imaginarlos en otra situación más privada como en la intimidad; lo curioso es que al poner el ejemplo de dos mujeres en esas situaciones la mayoría de los hombres no refiere mayor incomodidad, sino por el contrario les parece una de las fantasías sexuales que tienen que cumplir antes de morir.
La homofobia no es más que un  monopolio machista; como por ejemplo, en la infancia, el niño juega con carritos o la pelota y la niña con muñecas y a la comidita. Chistes, comentarios, frases, dichos, etc. Que en gran mayoría son dichos de padres (hombres) a hijos. Siendo así la formación de pensamientos machistas. Todo esto no es nada diferente al presente ya que es algo que ha pasado por generación en generación, o como frases, “no consienta mucho al niño porque lo vuelve raro”; “llorar es de nenas” etc. Existen infinidad de frases que se ajustan. Pero ¿cómo será la infancia de una persona homosexual, o su adolescencia? ¿Será que nace así? O ¿se creó con el tiempo? Pero ¿qué pasa cuando el niño siente curiosidad por las muñecas de la hermanita o algo por el estilo?
Bueno, no es tan difícil imaginar cómo reaccionan los padres, lo que sentirían en el momento de enterarse de que su hijo o hija es homosexual seria: decepción, culpa, limitados, iracundos, indignados e incluso no aceptarían.
Este artículo de análisis  muestra cómo la homofobia se expresa en los distintos grupos sociales, a la vez que hace notar el peligro de que los profesionales de la salud tengan discursos homofóbicos que a su vez dificulten y obstaculicen la relación médico-paciente.
Esas expresiones fueron recogidas en ambientes formales e informales en un tiempo de dos años, en el que se ha dado seguimiento a estas posiciones que incluso son expresadas en artículos científicos de divulgación, capítulos de libros y libros. Valga este artículo como muestra de que a pesar que se tienen niveles de estudios formales, hay que trabajar el tema de la asertividad y el diálogo, así como el respeto a la diversidad, la autonomía, las preferencias, las prácticas y las costumbres.

La Constitución Política de México establece en el Artículo 1º la prohibición a la discriminación por las preferencias y género, entre otros motivos: Queda prohibida  toda discriminación motivada, por origen étnico o nacional, el género, la edad, las capacidades diferentes, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente  contra la dignidad.

A pesar de ello, existe una discriminación encubierta que ejercen los sujetos hacia algunos tipos de preferencias sexuales o de prácticas. La sociedad mexicana está cambiando, eso es un hecho.
Este artículo tiene como objetivo hacer reflexionar al lector sobre la condición de que la cultura moldea al sujeto, su lenguaje y su pensamiento. El tipo de respuesta que el sujeto tiene ante una situación específica es relativamente previsible, como lo han sugerido algunos autores (Foucault, 1980; Boudieu, 1991; Gertz: 1994).
Es difícil aceptar el presupuesto de que muchos de nosotros participamos y compartimos algunas actitudes no razonadas. Algunos de estos comportamientos son claramente actitudes de menosprecio, discriminación, marginación y rechazo hacia grupos que tienen otras preferencias sexuales o prácticas diferentes a las de los heterosexuales.





     

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